El poder y la fuerza en la danza no son solo aspectos físicos, sino también cualidades emocionales y expresivas que, cuando se combinan, permiten a los bailarines transmitir historias, emociones y energía de manera efectiva.

La energía que trasciende
El poder en la danza radica en la capacidad para transformar emociones en movimiento. La danza no solo es belleza, es también una demostración de control, resistencia y el dominio del cuerpo en su máxima expresión. A través de ella, se revela la fuerza interna del bailarín, capaz de inspirar y conmover con cada gesto a la audiencia.

